sábado, 10 de marzo de 2012

Escolapios

Aunque el cambio real, el verdadero cambio, vino cuando tuve que dejar el colegio, mi cole de toda la vida, donde había crecido, donde tenía a mis amigos, donde había pasado momento muy felices, para hacer bachiller en un nuevo centro, Escolapios, casi el doble de grande que el mío, gente y profesores nuevos, horario distinto...para mí un mundo completamente desconocido, al que no estaba acostumbrada.
Al principio, lo afronté con miedo por el cambio que iba a ser para mí, por la gente que me pudiera encontrar, por si no lograría sacar adelante el curso pero al mismo tiempo con ganas e ilusión por esta nueva etapa. Creo que me acordaré siempre de los nervios que tenia el primer día de clase, incluso apenas pude desayunar, aunque me tranquilizaba un poco(la verdad, bastante poco) pensar, que tres de las compañeras con las que había estado en el colegio venían al mismo centro que yo y por suerte, a una de ellas le tocó en mi misma clase. 
Según iba pasando el tiempo, me iba encontrando mejor. Allí conocí a gente nueva, los profesores eran muy cercanos también y muy buenos enseñando. Primero se me pasó muy rápido y tenía mucha ilusión por empezar segundo, último año de esta etapa. La verdad es que esa ilusión, se fue transformando en esfuerzo, mucho estudio, exámenes casi cada semana, ni un minuto libre para "desconectar" aunque entre clase y clase, siempre tenía un momento de risas y de "relax" con mis compañeros para afrontar la hora siguiente de clase. La palabra estrella de este curso fue "SELECTIVIDAD". Muy poco tiempo para mucho contenido, ya que el curso terminaba casi un mes antes debido a esta prueba. Realmente, luego agradecí tanto stress, tanta exigencia y agobio. Entre todo este "sufrimiento" una profesora nos dijo: "cuando todo esto acabe, os daréis cuenta, que los que estamos en este lado, los profesores, no somos enemigos, sino que estamos para ayudaros tanto como esté en nuestra mano". En ese momento no me di cuenta, pero como ella dijo, cuando acabé la selectividad, comprendí que lo único que los profesores hacían era facilitarnos el trabajo tanto como podían y no  entorpecernos con tanto examen y tanta materia como llegué a pensar en algún momento.
Esta etapa fue muy bonita en mi vida. En ella aprendí muchas cosas, tanto personales como académicas y ese miedo con el que empecé el primer día desapareció cuando comprendí que en este colegio me sentía bien, igual que en el que había estado antes. Comprendí que nunca debemos dejar de hacer lo que deseamos por miedo a lo desconocido o por no saber qué nos vamos a encontrar. No siempre tiene que ser malo. Muchas veces nos encontramos igual o mejor que como estábamos antes.

2 comentarios:

  1. Va muy bien. Cuida la ortografía. ¡Ya falta poco!

    ResponderEliminar
  2. Personalmente no me gustan los relatos de Mamen Sánchez, por lo que no creo que haya alguna diferencia con este. Es solo mi opinión, claro.

    website
    website
    website
    website
    website
    website
    website
    website
    website

    ResponderEliminar